lunes, febrero 22, 2016

PENSAMIENTO CIENTÍFICO

Tener una formación científica no es solo un instrumento para hacer ciencia, sino también un referente cultural. La lógica científica, es más que un método, es una cultura, por eso el aprendizaje del método no lo es todo. La cultura científica sirve para ejercer dialécticamente cualquier actividad de la vida.
El pensamiento científico se puede aprender, cultivar y aplicar pero es importante tener presente que la mente humana, por su naturaleza, no está hecha para pensar de esta manera pero tiene una capacidad sorprendente para aprender maneras nuevas de pensar.
El pensamiento científico comienza con la adquisición de los conocimiento básicos acumulados durante años y continua con la observación de los fenómenos naturales, formulación de hipótesis que expliquen lo que se observa (conjetura creativa), experimentación (donde se pone a prueba la hipótesis), análisis (según las reglas de las estadísticas) y síntesis de los resultados con inferencia de la conclusión.
El método científico comienza con una amplia base de conocimientos y comprensión de los hechos y contornos del problema que intentamos abordar. Solo entonces se plantean las hipótesis. Es aquí cuando se recurre a la imaginación y se genera posibles líneas de investigación. Nada surge por azar, todos los escenarios y explicaciones posibles surgen de esa base inicial de conocimientos y de observación. El siguiente paso será comprobar nuestra hipótesis.
En resumen el método científico consiste en entender y plantear el problema, observar, imaginar hipótesis, comprobar y deducir.
El pensamiento científico se caracteriza por su escepticismo, su mentalidad inquisitiva y curiosa en relación con el mundo. Nada se acepta porque sí. Todo se examina y se considera antes de ser aceptado. En estado natural nuestra mente se resiste a ese enfoque, está programada para aceptar todo lo que le llegue. Primero creemos, y si dudamos lo hacemos después.  Si se tratara de un test del tipo verdadero / falso la respuesta por defecto sería verdadero. No hace falta esfuerzo alguno para seguir dándolo todo por verdadero, pero pasar a darlo por falso exige vigilancia, tiempo y energía, exige ese paso extra de comprobar y refutar.
Para pensar científicamente se necesita atención plena (mindfulness), motivación (que implica voluntad y dedicación) y practicar mucho esta forma de ver el mundo. Pensar científicamente exige la reflexión frente a la acción refleja, exige anular el piloto automático.

Bibliografía
1. Ander-Egg, Ezequiel. Métodos y Técnicas de Investigación Social. Acerca del conocimiento y del pensar científico. Buenos Aires  : Editorial Distribuidora Lumen SRL, 2001. ISBN 987-00-020-7.
2. Bunge, Mario. La Ciencia. Su Método Y Su Filosofía. Buenos Aires : Editorial Sudamericana S.A., 1995. ISBN 950-07-1043-9.
3. Konnikova, María. ¿Cómo pensar como Sherlock Holmes? Barcelona : Paidós, 2013. ISBN 978-84-493-2901-2.
4. Kahneman, Daniel. Pensar rápido, pensar despacio. Buenos Aires : Debate, 2012. ISBN 978-987-1786-40-4.
5. C-Soriguer Escofet, Federico J. El Médico y el Científico. Madrid : Ediciones Díaz de Santos, 2005. ISBN 84-7978-702-3.