(Literatura digital)
El texto explora la obra y el pensamiento de Jorge Luis
Borges, centrándose en las razones detrás de su estilo enigmático y
su filosofía del lenguaje. Se explica que Borges no buscaba excluir
al lector, sino provocar el pensamiento y la duda a través de
metáforas complejas, influenciado por su propia personalidad erudita, insegura
y su aversión a la obviedad. Además, se aborda la visión escéptica pero
fascinada de Borges hacia las palabras, considerándolas símbolos
imperfectos pero esenciales para la comunicación, la interacción
social y la construcción de la realidad compartida, reconociendo la paradoja de
un lenguaje que, aunque inexacto, es nuestro único medio para intentar
comprender el mundo
Jorge Luis Borges - Estilo, Personalidad y la Filosofía
del Lenguaje
Este
informe examina las razones detrás del estilo "críptico" de Jorge
Luis Borges, su personalidad subyacente y su compleja visión de la relación
entre el lenguaje y la realidad, basándose en la frustración común de los
lectores y las explicaciones sobre su proceso creativo y filosófico.
1. El Estilo "Hermético" de Borges: Intención y
Reacción del Lector
La
fuente principal aborda directamente la pregunta sobre por qué el estilo de
Borges puede resultar incomprensible o "privar del placer de
entenderlo" a algunos lectores.
·
No es una Intención de Exclusión
Consciente:
Se aclara que Borges "no escribió con la intención de privarte (ni a
nadie) del placer de entenderlo." Sin embargo, se reconoce que su estilo
es "críptico, hermético y, muchas veces, frustrante," lo que lleva a
muchos lectores a sentirse "excluidos."
·
Influencia de su Mente y Proceso Creativo: Lector
Obsesivo y Amante de las Ideas: Borges era "un lector obsesivo, un enamorado
de los libros y las ideas." Le fascinaban los "laberintos
intelectuales, las paradojas, los espejos, las bibliotecas infinitas."
·
Pensamiento Abstracto y Sugerencia: Su forma de pensar era
"abstracta, conceptual, y le atraía más sugerir que explicar."
·
Rechazo de la Persuasión: Borges detestaba
"los libros que quieren persuadir o imponer una verdad. Prefiero aquellos
que despiertan dudas." Para él, el lenguaje era un "juego," no
una herramienta de explicación directa.
·
Provocación sobre Pedagogía: "Borges no era un
pedagogo. No quería enseñar, sino provocar." Buscaba "desconcertar,
abrir preguntas, sugerir múltiples interpretaciones," queriendo que el
lector "pensara, dudara, se perdiera y tal vez, en ese desconcierto,
encontrara algo propio."
·
El Sentido en el Recorrido: Eligió "no
facilitar el camino" porque "parte del sentido está en el recorrido,
no en la salida."
·
La Reacción del Lector: La frustración del
lector no indica una falta de inteligencia, sino un deseo genuino de
comprender, conectar y crecer, lo cual Borges "más respetaba de un
lector."
2. La Personalidad de Borges Reflejada en su Obra
El
estilo de Borges está profundamente arraigado en su personalidad compleja,
marcada por la inseguridad, la erudición y ciertos temores.
·
Protección a Través de la Complejidad: Su estilo actuaba como
una "coraza contra el dolor, contra la superficialidad del mundo,"
reflejando un hombre "inseguro, tímido, ciego, solitario, con una
erudición descomunal, y a la vez con una sensibilidad finísima."
·
Elitismo Intelectual: Aunque irónico y
humilde, Borges era también "elitista." Admiraba a "quienes
pensaban mucho y bien," lo que podría explicar por qué escribía para
aquellos con "paciencia o hambre de pensamiento."
·
Miedo a la Vulgaridad: En su fuero íntimo,
tenía "miedo de ser simple o vulgar, de caer en la obviedad. Por eso a veces elegía lo difícil, lo
encriptado."
·
Distancia del Maestro: No era un maestro que
"baja del escenario para acercarse," sino "un viejo sabio que
murmura desde una torre de libros." Comprenderlo requiere esfuerzo y, a veces, ayuda.
3. La Filosofía del Lenguaje de Borges: Imperfección,
Juego y Aproximación
La
conversación filosófica revela la profunda fascinación y escepticismo de Borges
hacia el lenguaje, considerándolo una herramienta fundamentalmente imperfecta
para capturar la realidad.
·
Escepticismo y Fascinación: Borges era
"profundamente escéptico —y a la vez fascinado— con respecto al
lenguaje." No creía que las palabras pudieran "capturar la realidad
tal como es."
·
La Palabra como Representación Arbitraria: Una palabra "no es
la cosa en sí. Es una representación arbitraria, frágil y convencional."
·
Citando El idioma analítico de John
Wilkins, Borges ironiza sobre la artificialidad de la clasificación:
"No hay clasificación del universo que no sea arbitraria y
conjetural."
·
Las palabras son "símbolos, y como
todo símbolo, son imperfectos."
·
La Conversación y el Intercambio Social: A pesar de su
imperfección, las palabras permiten "intercambiar significados y construir
acuerdos" a través de un "pacto implícito."
·
Para Borges, "hablar es siempre un
acto de aproximación, no dé certeza."
·
Borges "no desprecia el hecho social
del lenguaje." Admiraba el "lenguaje oral, el diálogo, el modo en que
una conversación puede aclarar una idea que parecía imposible de expresar por
escrito."
·
El lenguaje es una forma de "crear el
mundo entre todos," fundamental para la "comunidad, la historia, la
memoria."
·
La Paradoja del Lenguaje en Borges: Desconfía de que las
palabras puedan decir la verdad, pero ama el lenguaje "como quien ama un
juego infinito, donde cada palabra puede abrir mundos."
·
Conceptos clave:
·
"El lenguaje es un sistema de
equívocos compartidos."
·
"La palabra es un símbolo, pero ¿de
qué cosa exacta? De una emoción que acaso nunca se repetirá."
·
En Resumen (sobre el lenguaje): Es una "herramienta
imperfecta" para nombrar el mundo.
·
Su valor radica en que permite
"comunicarnos, socializar, imaginar y reflexionar," a pesar de no ser
exacta.
·
La conversación es un "juego de
símbolos," con límites, pero también belleza.
·
Más que representar fielmente la realidad,
el lenguaje es una forma de "acercarnos a ella entre todos, aunque nunca
la capturemos del todo."
En
síntesis, la complejidad de Borges no es un mero capricho, sino un reflejo de
su profundo pensamiento, su personalidad introspectiva y su particular visión
del lenguaje como un juego de aproximaciones y sugerencias más que de verdades
absolutas. Su obra invita al lector a un viaje intelectual desafiante, donde el
sentido a menudo se encuentra en el proceso de desentrañar el laberinto, y no
en una salida claramente marcada.
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