(Literatura digital)
El texto presenta una discusión sobre la obra
"Septología" de Jon Fosse, ganador del Premio Nobel de Literatura
2023, explicando por qué su estilo puede resultar desafiante para los
lectores. Se detalla que la prosa carece de puntuación convencional,
con frases que se extienden por cientos de páginas para emular el flujo del
pensamiento. Además, la ausencia de demarcaciones claras entre
tiempos, diálogos o párrafos desorienta, sumergiendo al lector en una experiencia
meditativa y espiritual, más cercana a la oración que a la narrativa
tradicional. Se explora cómo Fosse, influenciado por la mística cristiana,
rompe las formas clásicas para proponer una lectura de aceptación de la
confusión y la repetición, buscando una conexión con la verdad, la
belleza y el dolor no como conceptos teóricos, sino como vivencias
auténticas y a menudo incómodas, reflejadas en la introspección del
protagonista sobre el arte.
Jon
Fosse y la "Septología": Un Breve Análisis
Este
documento presenta un análisis de las características principales de la obra
"Septología" de Jon Fosse, ganador del Premio Nobel de Literatura
2023, basándose en una conversación con una AsistenteIA. Se exploran las
particularidades de su estilo, la experiencia de lectura que propone y la
compleja relación entre el dolor, la belleza y la verdad en su obra.
1. El Estilo Inconexa y Meditativo de Fosse
La
lectura de "Septología" a menudo genera desconcierto y una sensación
de "escritura inconexa". Esta experiencia no es un error del lector,
sino "una parte esencial de lo que el autor busca provocar."
1.1. Características de la prosa de Fosse:
·
Prosa sin puntos finales: Cada volumen es
"una sola frase que puede extenderse por cientos de páginas." Esta
ausencia de puntuación replica "el flujo interno del pensamiento, tal como
ocurre en la mente —que salta de un recuerdo a una sensación, de ahí a una
oración, y luego a una imagen o a un dolor en el cuerpo— sin avisos, sin señales."
·
Pérdida de referencias externas: La narrativa carece de
"marcas" como capítulos, comillas de diálogo o párrafos diferenciados
entre presente, pasado, sueños o visiones, lo que puede resultar
"desconcertante: sentís que te sueltan en una especie de marea sin
orilla."
·
Estilo meditativo y espiritual: Fosse, siendo
"profundamente religioso," busca que su estilo se asemeje más a
"la experiencia de rezar o meditar que a leer una novela
convencional." Su escritura no busca "contar" una historia
clásica, sino "hacerte sentir el tiempo, la espera, la duda, el cansancio
del alma."
1.2. La experiencia del lector:
Los
lectores a menudo expresan dificultades para seguir el texto, confundiendo
recuerdos, diálogos o pensamientos, o sintiéndose "completamente perdidos."
Algunos incluso notan que el libro "no se trata de una historia sino de un
estado mental." Se describe la lectura como "música repetitiva o un
rezo," donde la atención lineal es difícil de sostener.
1.3. La propuesta de Fosse:
Fosse,
influenciado por Beckett, Bernhard y la mística cristiana, "rompe las
formas tradicionales." Propone
una lectura que invita a:
·
"Leer sin esperar una historia
clara."
·
"Aceptar la confusión, la repetición,
el silencio."
·
"Entrar en un estado de atención
flotante, como en la música de Arvo Pärt o en una oración interior."
·
"Sentir la presencia del tiempo, del
cuerpo, de la memoria, no como narración, sino como fenómeno."
El
autor "no escribe para complacer ni para entretener. Escribe para
acercarse al silencio, al misterio, a lo inefable." La frustración o
incomodidad son parte de esta experiencia, "Fosse te hace leer como si
caminaras en la niebla."
2. Reflexión sobre el Juicio Artístico y la Calidad en
"Septología"
El
protagonista, el pintor Asle, reflexiona profundamente sobre la naturaleza del
arte y la percepción de la calidad, desvinculándola del gusto personal.
2.1. El gusto personal vs. la calidad
intrínseca:
Asle
plantea la paradoja: "A menudo los cuadros que menos me gustan son los
mejores, y los que más me gustan son los peores." Concluye que "lo
bueno o lo malo que sea algo no tiene nada que ver con que te guste o no te
guste, tiene que ver con que sea bueno o sea malo, con que sea buen arte o mal
arte, porque el arte tiene que ver con la calidad y no con que te guste o no te
guste, no tiene nada que ver con el gusto, la calidad existente en sí misma, lo
bello y lo feo."
2.2. La ambigüedad de la belleza y la
verdad:
Asle
profundiza en la idea de que "para que algo sea bello tiene que ser
también feo, así es la cosa." Reconoce que "sin duda puede resultar
difícil determinar qué es bueno y qué es malo, y qué es correcto y qué es
incorrecto, qué es verdadero y qué es falso, pero por lo general la cosa está
clara." La verdadera calidad puede generar incomodidad: "a menudo los
cuadros que pinto que no me gustan o que no me gustan del todo son los mejores,
esa es mi experiencia, los cuadros que me resultan un poco incómodos, los que
me duele un poco mirar."
2.3. Estilo de Fosse en este fragmento:
Este
pasaje es un ejemplo del "pensamiento en espiral, sin pausas, con
repeticiones," que sumerge al lector "dentro de la conciencia de
Asle." Las repeticiones, la falta de puntos y el orden ilógico imitan
"la conciencia real: divaga, vuelve, se enrosca." La prosa de Fosse
no "cuenta" la historia, sino que permite al lector "escuchar
sus pensamientos en tiempo real."
3. El Dolor, la Belleza y la Verdad en la Obra de Fosse
Jon
Fosse explora la relación entre dolor, belleza y verdad de una manera
"profundamente existencial, espiritual y estética," no desde la
teoría, sino a través de la vivencia interior de Asle.
3.1. El dolor como umbral de lo auténtico:
Fosse
concibe el dolor no como algo negativo, sino como "una señal de verdad."
La incomodidad en la experiencia artística o humana "suele ser porque toca
una capa profunda de lo real." La cita "A menudo los cuadros que me
resultan un poco incómodos, los que me duele un poco mirar, son los
mejores" subraya que la incomodidad "es una especie de brújula"
hacia lo verdadero.
3.2. La belleza que incluye lo feo:
Para
Fosse, la verdadera belleza no es superficial ni complaciente, sino que
"incluye lo feo, lo torcido, lo errático." Si algo es "solo
bello, no es del todo verdadero." La belleza profunda es "misterio,
algo inquietante," y "no calma —sacude." Esta visión tiene
raíces en "la tradición mística y también en el arte contemporáneo,"
donde lo impactante es lo auténtico, "aunque duela."
3.3. La verdad como experiencia:
La
verdad en "Septología" no es una certeza demostrable, sino "algo
que se vive, que se presiente, que se revela en el silencio, en la oración, en
el arte… y en el dolor." Fosse busca que el lector "sienta que algo
es verdadero, aunque no sepas por qué." La verdad está "en lo
ambiguo, en lo que nos hace tambalear pero que, al mismo tiempo, suena
verdadero en alguna parte del alma." Las frases "Para que algo sea
bello, tiene que ser también feo" y "Lo verdadero y lo falso existen,
aunque cueste distinguirlos" ilustran esta complejidad.
3.4. Influencia religiosa y vía espiritual:
Desde
su conversión al catolicismo, Fosse integra "una visión mística del
sufrimiento." El dolor no se elimina, sino que puede ser "camino
hacia la redención." En este sentido, "El arte que duele purifica,"
"El sufrimiento abre a lo espiritual," y "La verdad se encarna
en el dolor del cuerpo, de la memoria, de la pérdida." La obra de Fosse,
al igual que la música de Arvo Pärt o las pinturas de Rothko, "te enfrenta
a lo esencial," donde el dolor puede emerger primero, pero luego, "si
uno se queda, aparece una forma de belleza que resuena como verdad."
Cita textual de: Septología V. YO ES OTRO. Página 482
……"¿Será
que es un buen cuadro, aunque a mí no me guste? Porque a menudo los cuadros que
menos me gustan son los mejores, y los que más me gustan son los peores. Es
curioso, lo bueno o lo malo que sea algo no tiene nada que ver con que te guste
o no te guste, tiene que ver con que sea bueno o sea malo, con que sea buen
arte o mal arte, porque el arte tiene que ver con la calidad y no con que te
guste o no te guste, no tiene nada que ver con el gusto, la calidad existente
en sí misma, lo bello y lo feo, y para que algo sea bello tiene que ser también
feo, así es la cosa, y eso es tan cierto como existen lo bueno y lo malo, lo
correcto y lo incorrecto, lo verdadero y lo falso, sin duda puede resultar
difícil determinar qué es bueno y qué es malo, y qué es correcto y qué es
incorrecto, qué es verdadero y qué es falso, pero por lo general la cosa está
clara, de la misma manera que por lo general está más o menos claro si un
cuadro es bueno o es malo, si es malo es malo y en tal caso es solo malo y no
hay más que decir, pero si el cuadro es bueno puede resultar difícil determinar
cómo de bueno es, y a menudo los cuadros que pinto que no me gustan o que no me
gustan del todo son los mejores, esa es mi experiencia, los cuadros que me
resultan un poco incómodos, los que me duele un poco mirar pienso y ya no
quiero mirar más el cuadro de las dos rayas.”………….
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