El perfil de
los “Superpronosticadores” se basa en los estudios de Philip Tetlock
y Barbara Mellers, quienes investigaron por qué algunas personas hacen
predicciones sobre el futuro con mucha mayor precisión que otras.
🧠
Perfil de los superpronosticadores
- “Poseen
una inteligencia fluida y creen en la sabiduría de la multitud.”
- Inteligencia
fluida es la
capacidad de razonar y resolver problemas nuevos sin depender del
conocimiento previo. Los superpronosticadores no se limitan a repetir lo
aprendido, sino que analizan patrones nuevos y piensan con flexibilidad.
- Creer en
la sabiduría de la multitud significa que confían en el valor de
recopilar opiniones diversas. Saben que un conjunto de estimaciones
independientes puede ser más preciso que el juicio de un solo experto,
siempre que los participantes sean competentes e independientes.
- “Procesadores
de información más rápidos y detectores de patrones más confiables.”
- Son
personas capaces de analizar grandes volúmenes de datos y reconocer
relaciones entre variables sin caer en simplificaciones apresuradas.
- No se
dejan engañar por coincidencias superficiales: distinguen entre
correlación y causalidad.
- “Tasas de
aprendizaje más rápida y mayor apetito por los desafíos intelectuales.”
- Les atrae
la complejidad: no rehúyen los problemas difíciles, sino que los buscan
como oportunidades para aprender.
- Evalúan
sus errores, los miden y los usan para ajustar su forma de pensar,
mejorando con el tiempo.
- “Disposición
a cambiar de opinión en respuesta a nuevas pruebas y de admitir que
estaban equivocados.”
- Este es
uno de los rasgos centrales. La flexibilidad mental es esencial para
pronosticar bien.
- No
confunden coherencia con rigidez: pueden revisar sus creencias
cuando aparece evidencia nueva, sin ver eso como una debilidad.
- “Cosmovisión
secular, agnóstica o atea. Sujeto a las leyes científicas y la
aleatoriedad.”
- Su visión
del mundo no depende de dogmas, sino de observación empírica.
- Aceptan
que el azar juega un papel importante en los resultados. Esto los vuelve
humildes: no buscan certezas absolutas porque entienden que el futuro es
inherentemente incierto.
- “No hablan
de certezas. Son bayesianos y realizan pronósticos más granulares.”
- Bayesianos
significa que usan el razonamiento probabilístico: ajustan sus
estimaciones a medida que reciben nueva información.
- Pronósticos
granulares implica que no se conforman con respuestas del
tipo “sí o no”, sino que asignan probabilidades (por ejemplo, “hay un 65%
de probabilidad de que tal evento ocurra”).
- “Utilizan
distintos tipos de herramientas analíticas.”
- No
dependen de un solo método. Combinan modelos estadísticos, información
histórica, intuición informada y análisis comparativo.
- Son
“artesanos cognitivos”: eligen la herramienta adecuada para cada
situación.
- “Son
antimpulsivos y desconfían de sus primeras corazonadas.”
- A
diferencia de quienes se guían por la intuición inmediata, los
superpronosticadores aplican pensamiento deliberativo: verifican sus
intuiciones y las contrastan con los datos antes de decidir.
- Esto los
protege de errores comunes basados en sesgos emocionales.
- “Son conscientes
de los puntos ciegos cognitivos, como los sesgos de disponibilidad, de
confirmación y de anclaje.”
- Reconocen
que el cerebro humano tiene limitaciones sistemáticas:
- Sesgo de
disponibilidad: creer que lo más recordado o reciente es más
probable.
- Sesgo de
confirmación: buscar solo la información que respalda nuestras
creencias.
- Sesgo de
anclaje: quedar influido por un número o idea inicial,
incluso irrelevante.
- Al
conocer estos sesgos, intentan compensarlos activamente.
🔎 Síntesis
En conjunto, el
perfil describe un modelo mental del pensador moderno ideal:
una persona racional, flexible, autocrítica, analítica y humilde ante la
incertidumbre.
El superpronosticador no busca tener razón, sino acercarse lo máximo
posible a la verdad cambiante del mundo, usando evidencia, probabilidad y
revisión continua.
En última
instancia, Tetlock y Mellers muestran que la precisión predictiva no depende
del genio, sino de una disciplina mental: pensar en términos de
probabilidades, aprender de los errores y estar dispuesto a cambiar.
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