sábado, marzo 07, 2020

RACIONALIDAD

JEREMY RIFKIN* (Estados Unidos)
¿Qué es lo real? Desde la perspectiva cartesiana, la realidad está hecha de verdades fijas e inmutables que existen a priori. Descubrimos verdades, pero no la creamos. Los nuevos filósofos por el contrario dicen que la realidad es algo que creamos juntos, a partir de la experiencia que compartimos, las verdades no son unos fenómenos autónomos y objetivos, sino explicaciones que damos a las experiencias comunes que compartimos. Si la realidad es experiencia, y si la experiencia siempre se da en relación con el otro, cuanto más extensas sean esas relaciones, más profundo será nuestro discernimiento de la realidad. Así pues, las verdades son explicaciones de cómo se relaciona todo entre sí. Las verdades no son ni objetivas ni subjetivas, sino comprensiones que existen en el ámbito intersticial donde el “yo” y el “tú” se encuentran para crear una base experiencial común. En esto consiste “crear la realidad”. La verdad de nuestra existencia es que es inseparable de nuestras relaciones.
¿La razón existe con independencia de la experiencia? La idea cartesiana y kantiana de que la razón existe con independencia de la experiencia, como un fenómeno a priori al que acceder, no se ajusta a nuestra manera de razonar en la vida real. La razón es una manera de organizar la experiencia y se basa en muchos instrumentos mentales. Pero la cuestión es que la razón nunca está separada de la experiencia y que es un medio para entenderla y manejarla.
¿Cómo construimos la realidad? El hecho de que las distintas especies perciben la realidad de una manera muy diferente no admite discusión. Somos la única especie capaz de transformar las percepciones corporales en un lenguaje que se puede utilizar para crear unas metáforas primarias que, a su vez, se pueden usar para crear metáforas más abstractas. Con el uso de estas metáforas imaginamos y construimos la mayor parte de nuestra realidad. El uso de metáforas es una manera de enriquecer nuestra experiencia corporal y de crear un guion que los demás puedan usar para identificarse con nosotros. El uso del lenguaje metafórico ofrece un vehículo por el que dos personas pueden compartir su mundo interior. La acumulación de metáforas más y más abstractas a partir de unas metáforas primarias más simples y comunes a la experiencia de todos los miembros de nuestra especie es la clave para imaginar la realidad de los demás.
*Jeremy Rifkin. La civilización empática. La carrera hacia una conciencia global en un mundo en crisis. Madrid. Paidós Estado y Sociedad. 2010

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