jueves, noviembre 20, 2025

HERENCIAS QUE NO SE ESCRIBEN: EL AMOR DE MANUELA

 



(Literatura digital)

El amor de los abuelos: una herencia que late en la memoria y en la epigenética

(A partir de la foto de mi abuela Manuela bebé)

Hay fotografías antiguas que no sólo detienen el tiempo: lo perforan.
Mirarlas es como abrir una ventana hacia un pasado que permanece vivo en algún rincón de la memoria emocional.
Así me ocurrió cuando volví a ver la imagen de mi abuela Manuela siendo apenas un bebé: sentada en una sillita de mimbre, rodeada de flores, con un vestido claro y dos pequeños moños sosteniendo su cabello recién nacido.
Una inocencia suspendida, ajena a todo, pero destinada a convertirse en una de las presencias más decisivas de mi vida.

Esa niña que no sabía caminar, que aún no había pronunciado una palabra, no podía imaginar la historia que tejía sin saberlo.
No sabía que un día sería el sostén de un nieto que estudiaría medicina bajo su techo, que dormiría en una de las dos camas de su dormitorio, que encontraría en ella alimento, calma, silencio y ternura.
No sabía que llegaría a regalarme un Fiat 600, ni que, cuando yo lo volcara imprudentemente, ella reaccionaría con una serenidad que hoy me sigue conmoviendo:
no hubo enojo, no hubo reproche.
Simplemente hizo arreglar el auto y siguió tratándome con la misma dulzura de siempre, como si nada hubiera pasado.

Esa fue su manera de amar.
Un amor hecho de aceptación absoluta, de compañía silenciosa, de confianza inquebrantable.
Y es ese tipo de amor el que la psicología describe como el más protector de todos: el que sostiene sin pedir nada a cambio, el que abraza sin medir, el que da sin contabilizar.
Los abuelos tienen un modo particular de amar: ya no están presionados por educar, corregir o garantizar el futuro.
Su amor se cristaliza en una forma de presencia suave, paciente, indulgente, profundamente humana.
Y para un niño —y luego para un adulto— ese amor se vuelve un faro interno, un refugio emocional que dura para toda la vida.

La educación más poderosa no siempre llega en forma de libros o clases: muchas veces llega en forma de ejemplo.
De gesto.
De actitud.
Mi abuela Manuela me enseñó, sin proponérselo, que la bondad no necesita explicaciones y que el amor verdadero nunca humilla.
Me enseñó que se puede proteger sin invadir y perdonar sin herir.
Su dormitorio, su mirada y su paciencia fueron, sin que yo lo supiera entonces, una escuela profunda de humanidad.

Al contemplar su fotografía, siento que algo proustiano se activa dentro de mí:
esa experiencia íntima donde un estímulo mínimo —un aroma, un sabor, una imagen— despierta un universo entero de sensaciones dormidas.
La veo bebé, tan pequeña, tan pura, tan ajena a mí, y al mismo tiempo tan mía.
Y comprendo que mi historia afectiva empezó mucho antes de que yo naciera.
Que mi capacidad de amar a mis nietos, de acompañarlos, de sostenerlos, está entrelazada con ese amor que ella me dio cuando yo era joven y vulnerable.

Lo que siento, al ver esta foto, es una revelación sencilla y profunda:
fui profundamente amado.
Y ese amor, que nació en una casa humilde y en un dormitorio compartido, continúa ahora en mis propias manos cuando acompaño a mis nietos.

La cadena no se rompió.

La ternura siguió su camino.

La niña de la foto no sabía nada de esto.
Pero yo sí.
Y hoy, al mirarla, puedo decir que su amor fue una herencia que no se guarda en una herencia material, sino en el corazón.
Una herencia viva, que aún hoy late y se renueva en cada gesto de mi propia forma de ser abuelo.


martes, noviembre 18, 2025

CONTROLAMOS LOS ACTOS, NO LOS PENSAMIENTOS

 


(Literatura digital)

Resumen: El texto se centra en la máxima filosófica de que controlamos nuestras acciones, pero no nuestros pensamientos, un principio fundamental en la ética estoica. Se establece una distinción crucial entre la esfera de los pensamientos, que incluye las impresiones iniciales y juicios instintivos que son en gran medida incontrolables, y la esfera de los actos, donde reside nuestra verdadera libertad y responsabilidad moral. La clave para la autodisciplina y la virtud radica en el "asentimiento", el proceso consciente de elegir si actuar o no en función de un impulso o pensamiento. Este principio libera de la culpa por tener pensamientos fugaces e inapropiados, ya que el carácter se define por las acciones y no por el flujo mental constante. Finalmente, el documento concluye que la tarea principal no es silenciar la mente, sino entrenar la voluntad para dirigir las respuestas conductuales.

“Lo que controlamos son los actos, no los pensamientos es una máxima profundamente arraigada en la filosofía estoica y en gran parte de la ética basada en la acción”


🧐 La Distinción Fundamental: Pensamiento vs. Acto

Este pensamiento establece una distinción crucial entre dos esferas de la experiencia humana:

1.      La Esfera de los Pensamientos (Lo Incontrolable/Parcialmente Controlable): Incluye las impresiones iniciales, las emociones automáticas, los juicios instintivos, las preocupaciones y los pensamientos intrusivos .

2.      La Esfera de los Actos (Lo Controlable): Incluye las decisiones, las palabras que elegimos decir, la forma en que reaccionamos a un estímulo, el esfuerzo que ponemos en una tarea y las acciones físicas que ejecutamos.

1. La Naturaleza Incontrolable del Pensamiento Inicial

Los pensamientos, en su forma más básica, son a menudo sucesos que nos ocurren , más que acciones que ejecutamos

·         Impresiones automáticas: Cuando ves un objeto, escuchas una crítica o recuerdas un evento traumático, el cerebro genera instantáneamente una impresión ("Esto es peligroso", "Me siento atacado", "Debo preocuparme"). Estos pensamientos iniciales o "propensamientos" (como a veces los llamaban estoicos) son reflejos psicológicos.

·         Juicios instantáneos: Antes de que puedas aplicar la razón, puede surgir un juicio emocional (ej.: ira ante una ofensa). No controlamos que este juicio surja , solo controlamos si lo aceptamos y actuamos en consecuencia.

·         Flujo mental: La mente es como un río constante. Intentar detener el flujo por completo es inútil y agotarlo. Los pensamientos van y vienen sin nuestro permiso consciente.

2. El control pleno y soberano sobre el acto

La acción (o acto ) es la manifestación final de la voluntad, donde reside nuestra verdadera libertad

·         El proceso de asentimiento: Entre el pensamiento (el estímulo) y el acto (la respuesta), hay un paso crucial: el asentimiento (o prohairesis en estoicismo: la facultad de la elección moral). Es la decisión consciente de aceptar ese pensamiento como verdadero y actuar en base a él.

o    Ejemplo:

§  Pensamiento (Incontrolable): Siento una punzada de ira cuando mi colega me interrumpe.

§  Acto (Controlable): Decido gritarle o, por el contrario, respiro hondo y espero mi turno

·         La Responsabilidad Moral: Nuestra responsabilidad moral y ética se ancla en los actos. No se nos culpa por tener un pensamiento fugaz de venganza, sino por la decisión consciente de llevar a cabo la venganza. La virtud se encuentra en la elección de actuar con razón, a pesar de los impulsos mentales.

·         El Ámbito de la Influencia: El acto no solo es lo único que controlamos, sino también lo único que realmente define nuestro carácter . Las personas son juzgadas por lo que hacen , no por cada pensamiento fugaz que cruza su mente.


💡 Implicaciones Profundas de Este Principio

Este principio no es solo una observación psicológica; es un pilar para la ética, la paz mental y la automejora .

A. Implicación Psicológica: El Arte de la Separación

Este principio enseña que "Tú no eres tus pensamientos."

·         Liberación de la culpa: Nos liberamos de la culpa paralizante por tener pensamientos "negativos", "irracionales" o "inapropiados". Reconocer que el pensamiento intrusivo es solo ruido mental y no una orden nos permite desapegarnos de él.

·         Mindfulness y distancia: La práctica de la atención plena (Mindfulness) se basa en esto: observar el pensamiento sin reaccionar ni juzgarlo. Se reconoce el pensamiento ("Ah, ahí está la preocupación por el futuro"), pero se elige el acto de no engancharse a él.

B. Implicación ética y estoica: Vivir con virtud

Para los estoicos (como Epicteto y Marco Aurelio), este es el principio del Dicótoma del Control .

·         Enfoque de energía: Si perdemos energía intentando no tener el pensamiento de envidia, estamos luchando contra una fuerza natural. Si, en cambio, enfocamos nuestra energía en el acto de ser generosos o de alegrarnos por el éxito ajeno (a pesar del pensamiento), estamos cultivando la virtud

·         La Tarea del Filósofo: La tarea del sabio no es purificar su mente de todo pensamiento indeseable (algo imposible), sino entrenar su facultad de elección para negar el asentimiento a las impresiones falsas y desadaptativas.

C. Implicación Práctica: La Autodisciplina

Si el control se limita a los actos, el entrenamiento de la voluntad debe enfocarse en la respuesta conductual .

🌟 Conclusión

El pensamiento "Lo que controlamos son los actos, no los pensamientos" es un mapa para la libertad interior.

No nos exige la tarea imposible de silenciar la mente, sino la práctica posible de supervisar y dirigir nuestra voluntad . Reconoce que la mente es un campo de batalla donde surgen constantemente impresiones aleatorias, pero que somos los generales de nuestras acciones.

Nuestra dignidad, carácter y poder no residen en lo que pasa por nuestra cabeza, sino en lo que elegimos hacer con las manos y la boca.


 


MODELO Y CONTEXTO EN MEDICINA FAMILIAR

 


 (Literatura digital)

Se examina la filosofía de la medicina familiar contrastando dos enfoques de la toma de decisiones, representados por los personajes ficticios Dr. John y Fat Tony, extraídos de la obra de Nassim Nicholas TalebDr. John personifica la confianza estricta en los modelos, algoritmos y guías clínicas, buscando la previsibilidad y la cuantificación. Por otro lado, Fat Tony encarna el juicio clínico, la sabiduría contextual y la capacidad de pensar alrededor de los modelos para integrar la biografía, el contexto y la incertidumbre de la vida real del paciente. La medicina familiar se describe como una disciplina que integra ambos enfoques, utilizando los modelos como puntos de partida o "faroles" en lugar de caminos obligatorios. En esencia, el argumento central es que el conocimiento formal (Dr. John) es necesario para el rigor, pero la sabiduría contextual (Fat Tony) es indispensable para enfrentar la complejidad irrepetible del encuentro humano en la consulta.


Pensar dentro del modelo, pensar alrededor del modelo

Dr. John, Fat Tony y la medicina de familia

En El Cisne Negro, Nassim Nicholas Taleb presenta dos personajes inolvidables: Dr. John, el académico que confía ciegamente en los modelos, y Fat Tony, el hombre de la vida real que sospecha de las simplificaciones teóricas. Una imagen resume la diferencia:

“Dr. John aprendió a pensar dentro de modelos.
Fat Tony aprendió a pensar alrededor de los modelos.”

Esta frase explica, mejor que muchos tratados de epistemología clínica, por qué en la consulta de medicina de familia no podemos aplicar algoritmos de manera estricta, como si fueran leyes físicas.


El modelo es un mapa, no el territorio

Dr. John representa la seguridad de lo conocido:
los scores, las guías, los diagramas de flujo, la lógica lineal del “si A entonces B”.
Su mundo es previsible, ordenado, cuantificable.

Pero el consultorio de un médico de familia es otra cosa:
es un territorio lleno de historias, contradicciones, duelos, miedos, polifarmacia, condiciones sociales y biográficas que nunca aparecen en los algoritmos.

Los modelos clínicos fueron construidos en poblaciones seleccionadas, en ensayos controlados, bajo condiciones ideales.
El paciente real está hecho de incertidumbre, contexto, límites y posibilidades.
El borde de su vida siempre queda por fuera del algoritmo.


Fat Tony y el arte de leer lo invisible

Fat Tony no rechaza los modelos: simplemente los toma como un punto de partida.
Su habilidad es otra: detectar lo que el modelo no ve.

En medicina de familia, eso significa:

  • interpretar cómo la biografía del paciente cambia el significado de un síntoma;
  • entender qué decisión es posible en su contexto cotidiano;
  • negociar prioridades en presencia de multimorbilidad;
  • ver el riesgo real, no solo el numérico;
  • reconocer cuándo lo correcto es “no hacer” y esperar.

Mientras Dr. John diagnostica según criterios,
Fat Tony entiende que una persona no es un conjunto de criterios.


La consulta: donde el algoritmo se encuentra con la vida

Un algoritmo puede indicar estatinas en prevención primaria porque el riesgo estimado supera cierto umbral.
Pero Fat Tony mira más allá:

  • 78 años, vida frágil, siete fármacos, riesgo de caídas.
  • La prioridad hoy no es una estatina, sino mantener fuerza, equilibrio y autonomía.

El algoritmo recomienda ISRS ante un PHQ-9 compatible con depresión moderada.
Pero Fat Tony escucha la historia: duelo reciente, apoyo familiar, sentido conservado.
Quizás lo indicado es acompañar, no medicar.

La guía es útil; la vida, decisiva.


La verdadera competencia clínica: saber cuándo desviarse

La medicina de familia no improvisa: integra.
Utiliza los modelos como faroles, no como caminos obligatorios.
La práctica clínica madura consiste en:

  • saber aplicar la guía;
  • saber cuándo no aplicarla;
  • y saber explicarle al paciente por qué.

El modelo es el inicio de la decisión, no el final.


Dr. John y Fat Tony, juntos

Taleb no propone elegir entre uno u otro.
La enseñanza profunda es esta:

  • Sin Dr. John, no hay rigor.
  • Sin Fat Tony, no hay realidad.

La medicina de familia necesita ambos: el conocimiento formal y la sabiduría contextual; la evidencia científica y la biografía del paciente; el algoritmo y el juicio clínico.

Porque la consulta no es un casino con reglas fijas.
Es un encuentro humano, irrepetible, situado en un territorio complejo donde el modelo ayuda, pero la vida manda.


 


lunes, noviembre 17, 2025

TALEB, FALACIA LÚDICA E INCERTIDUMBRE DEL EXPERTO

 



(Literatura digital)

¿Alguna vez te has preguntado por qué los expertos, armados con modelos estadísticos y doctorados, fallan tan estrepitosamente en predecir crisis financieras o pandemias? ¿O por qué, a veces, el juicio de una persona con experiencia en la calle parece superar el análisis técnico más sofisticado, consciente de esos "desconocidos desconocidos" que los modelos ignoran? La respuesta no está en la falta de inteligencia, sino en un error fundamental de nuestro pensamiento.

El ensayista Nassim Nicholas Taleb identifica este error como la "Falacia Lúdica": la peligrosa tendencia a confundir la incertidumbre limpia y predecible de los juegos con el caos impredecible y salvaje de la vida real. Creemos que el mundo se comporta como un casino, cuando en realidad se parece mucho más a una jungla.

Taleb explora las lecciones de este poderoso concepto a través de la historia de dos personajes opuestos: Dr. John, el experto académico, y "Fat Tony" (Gordo Tony), el sabio de la calle. Sus enfoques revelan por qué entender esta falacia puede cambiar radicalmente tu forma de ver el riesgo, tomar decisiones y aprender.

1. La prueba de la moneda: Por qué el "listo" da la respuesta incorrecta.

Taleb plantea un experimento mental simple pero revelador. Imagina que te dicen que una moneda es "justa". Se lanza 99 veces y en cada una de ellas sale cara. Ahora, te preguntan: ¿cuál es la probabilidad de que en el lanzamiento número 100 salga cruz?

Aquí es donde dos visiones del mundo colisionan:

• Dr. John (el experto): Responde sin dudar: "50%". Su respuesta proviene del mundo estéril del libro de texto: si la moneda es justa y cada lanzamiento es independiente, la teoría dicta que la probabilidad siempre es de 1/2. Se aferra al modelo que le dieron.

• Fat Tony (el hombre de la calle): Responde con escepticismo: "Menos del 1%". Su argumento emana del mundo desordenado y manipulador de la calle, donde si algo parece demasiado bueno para ser verdad, lo es. 99 caras seguidas gritan que la premisa ("la moneda es justa") está equivocada. Lo más probable es que la moneda esté trucada.

La lección es profunda. La respuesta de Dr. John expone la debilidad central del "nerd", como Taleb llama a este arquetipo: una fe ciega en el modelo por encima de la evidencia. Fat Tony, en cambio, usa la realidad para destruir el modelo. Este simple ejemplo revela la incapacidad del pensamiento puramente académico para dudar de sus propias premisas cuando el mundo real le dice lo contrario.

2. Los mayores peligros de un casino no tienen nada que ver con el juego.

Para ilustrar hasta qué punto nos equivocamos al enfocar los riesgos, Taleb cuenta la anécdota de un casino. Esta empresa gastaba fortunas en sistemas de vigilancia y en matemáticos para optimizar las probabilidades de cada juego. Eran expertos en controlar los riesgos dentro de las mesas.

Sin embargo, los cuatro mayores desastres financieros que sufrió el casino no tuvieron nada que ver con el juego. Fueron eventos totalmente inesperados, Cisnes Negros que surgieron fuera de sus modelos:

• Un espectáculo predecible se vuelve impredecible: Su artista estrella, la principal atracción, fue mutilado por su propio tigre, borrando de un plumazo un valor estimado de 100 millones de dólares por un riesgo que nadie había modelado.

• La naturaleza humana contraataca: Un contratista descontento no presentó una demanda; intentó dinamitar el edificio entero, un riesgo completamente invisible para los sofisticados expertos en teoría de juegos del casino.

• El error administrativo fatal: Un empleado olvidó presentar unos formularios de impuestos durante años, lo que resultó en una multa fiscal masiva que amenazó la solvencia del casino.

• El secuestro que rompe las reglas: La hija del dueño fue secuestrada, y para pagar el rescate, este realizó movimientos de dinero ilegales que pusieron a toda la empresa en riesgo de ruina y sanciones legales.

La conclusión de Taleb es demoledora: el casino era un maestro en la "incertidumbre lúdica" (la del juego), pero era completamente ciego a la incertidumbre real, que es donde residía el verdadero peligro. Taleb concluye que las pérdidas potenciales de estos "cisnes negros" eran cientos de veces mayores que cualquier riesgo procedente de las mesas de juego.

3. La Falacia Lúdica: Vivimos en "Extremistán", pero usamos mapas de "Mediocristán".

Aquí llegamos al corazón del problema. La falacia lúdica es el error de aplicar modelos basados en juegos (dados, cartas, ruletas) para entender y predecir fenómenos del mundo real como los mercados financieros, las guerras o tu propia carrera profesional.

Taleb explica esta diferencia usando dos conceptos:

• Mediocristán: Es el mundo de los juegos y la estadística de manual. Un entorno donde las reglas son fijas, las probabilidades conocidas y los eventos extremos son raros y de impacto limitado. Aquí, la famosa campana de Gauss funciona razonablemente bien.

• Extremistán: Es el mundo real. Un entorno donde no conocemos todas las reglas, las probabilidades son incalculables y unos pocos eventos extremos e impredecibles (los Cisnes Negros) lo dominan y explican todo. El gran peligro de la campana de Gauss aquí es que subestima masivamente la probabilidad y el impacto de estos eventos extremos, haciéndonos ciegos al verdadero riesgo.

El error central del "nerd" y del pensamiento técnico es tratar de navegar Extremistán con las herramientas de Mediocristán.

Confundir la incertidumbre controlada y cerrada de los juegos con la incertidumbre abierta y salvaje de la vida real.

4. Por qué la calle forma expertos en supervivencia y la academia forma expertos en modelos.

La diferencia entre Dr. John y Fat Tony no es de inteligencia, sino del entorno en el que aprendieron a pensar. La academia y la calle enseñan lecciones opuestas sobre el riesgo y la toma de decisiones.

La academia le enseñó a Dr. John qué pensar: a dar respuestas precisas a problemas bien definidos. Fat Tony, en cambio, aprendió cómo pensar: a dar respuestas pertinentes a situaciones caóticas con información incompleta. La cultura académica premia a quien evita los errores para lograr la perfección del expediente; la calle enseña a beneficiarse de ellos, a usar cada fallo como información valiosa para volverse más robusto.

Esta diferencia se manifiesta en cómo gestionan el riesgo. El académico, como Dr. John, se enfoca en la probabilidad: calcula las posibilidades de que algo salga mal dentro de su modelo. El sabio de la calle, como Fat Tony, se enfoca en la consecuencia. Su pregunta no es "¿qué tan probable es esto?", sino "¿puedo sobrevivir si esto sale mal?". Por eso desconfía de los sistemas que parecen demasiado perfectos. Esto explica por qué personas con expedientes impecables a menudo se paralizan en entornos inciertos, mientras que otras con trayectorias menos lineales prosperan al saber navegar el caos.

 

La gran lección de la Falacia Lúdica es una llamada a la humildad intelectual. Nos enseña a desconfiar de los modelos demasiado "limpios" y a recordar siempre que el mapa no es el territorio. La verdadera sabiduría no reside en tener el modelo más sofisticado, sino en saber cuándo el modelo deja de describir la realidad.

FÁBULA PARA MIS NIETOS