Se enumera los factores que
subyacen a la ilusión de causalidad, es decir, nuestra
tendencia a percibir relaciones de causa y efecto donde no las hay realmente. La
medicina, por su complejidad e incertidumbre, es un terreno fértil para estos
sesgos, a continuación, se explican cada uno de los puntos:
1.
Mecanismo exagerado de detección de patrones: El cerebro humano tiende a ver patrones incluso
en datos aleatorios. Reconocer regularidades en el entorno (como el movimiento
de un depredador entre los arbustos o la relación entre nubes oscuras y lluvia)
fue adaptativo. Sin embargo, esta tendencia se volvió hiperactiva: detectamos patrones incluso en ruidos aleatorios,
coincidencias o correlaciones espurias. Este mecanismo fue útil evolutivamente
(mejor prevenir que curar), pero puede llevarnos a ver relaciones causales
inexistentes.
2.
Salto de la correlación a la causa: A menudo, cuando dos cosas ocurren juntas
(correlación), asumimos erróneamente que una causa la otra. Sin embargo, la
correlación no implica causalidad. Ver que dos eventos ocurren juntos lleva a
asumir que uno causa al otro, cuando en realidad puede tratarse de una coincidencia,
una causa común o incluso una inversión de causa-efecto
3.
Atracción hacia las narraciones coherentes: Preferimos explicaciones que formen historias
lógicas y fáciles de entender, aunque no sean verdaderas. Una historia bien
contada puede parecer más cierta que una más compleja o ambigua.
4.
Escasa información: Cuando tenemos poca información, tendemos a rellenar los vacíos con
suposiciones causales, aumentando el riesgo de error.
5.
Efectos marcos:
La forma en que se presenta la información (el “marco”) influye en cómo la
interpretamos y puede llevarnos a conclusiones causales incorrectas. No
cambiamos nuestras decisiones solo por los hechos, sino por cómo nos los
comunican.
6.
Ignorar la tasa base: Se refiere a desestimar datos estadísticos generales (como la prevalencia
o frecuencia base de una enfermedad) en favor de detalles anecdóticos o
recientes, lo que puede distorsionar el juicio causal.
7.
Confianza excesiva: Sobreestimamos nuestra capacidad para entender y predecir el mundo, lo
que nos lleva a conclusiones causales infundadas con gran seguridad.
EJEMPLOS EN LA PRÁCTICA MÉDICA
1. Mecanismo exagerado de detección de patrones
Ejemplo en
medicina:
Un médico nota que varios pacientes con cefalea mencionan haber consumido
chocolate antes del episodio. Comienza a pensar que el chocolate
"causa" migraña, cuando en realidad podría ser una coincidencia o un
síntoma prodrómico que provoca el deseo de consumirlo.
Comentario: Es un ejemplo típico de ver patrones
donde tal vez solo hay azar o múltiples variables no controladas.
2. Salto de la correlación a la causa
Ejemplo en
medicina:
Observas que los pacientes que reciben vitamina C intravenosa en la guardia
parecen mejorar de cuadros gripales en dos o tres días. Concluyes que la
vitamina C “cura” la gripe, sin considerar que esa duración es común en la
evolución natural del proceso viral.
Comentario: Correlación no implica causalidad. El
sesgo surge por no controlar otros factores (como el tiempo o el sistema
inmune).
3. Atracción hacia las narraciones coherentes
Ejemplo en
medicina:
“Don Pedro dejó de fumar y a los seis meses se curó del asma. Claramente, dejar
de fumar lo salvó.” La historia es perfecta, aunque clínicamente la relación
directa entre tabaco y asma no siempre es tan lineal ni suficiente para explicar
la mejoría.
Comentario: Las historias bien estructuradas son
emocionalmente convincentes, pero científicamente pueden ser engañosas.
4. Escasa información
Ejemplo en
medicina:
Ante un síntoma atípico en un paciente con fiebre, haces un diagnóstico de
enfermedad exótica basada en un solo dato aislado sin esperar estudios
complementarios ni la evolución clínica.
Comentario: Ante la falta de información, el
cerebro completa con hipótesis poco fundamentadas. “Más vale tener una explicación que ninguna”.
5. Efectos marcos (framing)
Ejemplo en
medicina:
Ofreces un tratamiento diciendo: “Este fármaco reduce la muerte en un 30%”, lo
que suena muy beneficioso. Pero si dices: “Pasamos de una mortalidad del 10% al
7%”, el efecto parece menos impresionante.
Comentario: El mismo dato expresado de otro modo
puede alterar la percepción del médico y del paciente sobre su utilidad o
urgencia.
6. Ignorar la tasa base
Ejemplo en
medicina:
Ordenas una tomografía para descartar un tumor cerebral en un joven con cefalea
y ansiedad, basándote solo en un caso raro que recuerdas, sin considerar que la
tasa base o prevalencia de tumor en jóvenes con cefalea es muy baja.
Comentario: Es un sesgo muy común: dejamos que un
caso impactante domine el juicio clínico, ignorando las estadísticas
poblacionales.
7. Confianza excesiva
Ejemplo en
medicina:
Un profesional prescribe antibióticos para faringitis viral porque “siempre lo
ha hecho y los pacientes mejoran”, sin tener en cuenta que la mejoría
probablemente se deba al curso natural de la enfermedad.
Comentario: La experiencia mal interpretada y la
falta de autocrítica refuerzan errores de juicio clínico con mucha seguridad.
ILUSIÓN DE CAUSALIDAD: Sesgos
Cognitivos y Toma de Decisiones
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