(Literatura Digital: Prosa Poética)
A los dieciocho, la licencia era una pluma,
un susurro en el viento. A los setenta, un laberinto de espejos y sombras. La
juventud, dueña de la calle, ignoraba el peso del metal, la responsabilidad del
camino. Ahora, el coche, extensión del cuerpo, exige reverencia: revisión
técnica, seguro al día, móvil en condiciones, la trinidad del conductor adulto
mayor.
La pantalla, oráculo moderno, despliega sus
exigencias. CENAT, pago virtual, turnos esquivos, pasos digitales que marean al
alma analógica. La impresora, fiel escudera, vomita boletas y comprobantes,
amuletos contra la burocracia. Quince días de espera, la paciencia puesta a
prueba.
El Sistema de Señalización Vial, un mantra
universal, estudiado con lápiz y papel, como antaño las tablas de multiplicar.
El auto, lavado y sediento de combustible, aguarda el juicio final. La noche
previa, insomnio de setenta años, temor a los imponderables, a los fantasmas de
la edad.
Seis de la mañana, el cuerpo despierta
solo, sin permiso del despertador. Té caliente, repaso de normas, la mente en
alerta. A las ocho, el peregrinaje hacia el Centro Emisor, donde la amabilidad
se disfraza de trámite. Pago con débito, declaración de salud, negación de
achaques, una batalla ganada contra el tiempo.
Psicología, preguntas obvias que inquietan,
memoria puesta a prueba. Oftalmología, la vista que cede, compensada por
cristales. El examen teórico, cincuenta preguntas que evalúan el conocimiento,
la sabiduría del asfalto. El examen práctico, estacionamiento paralelo y en
cuarenta y cinco grados, la destreza que desafía los años.
Tres horas después, el carnet renovado, una
victoria agridulce. El estrés, un fantasma desconocido en la juventud, ahora
compañero de viaje. Un sobrino de dieciocho, la frescura en el rostro, relata
su trámite sencillo, la facilidad de la juventud. La respuesta brota,
instintiva, inconsciente: "Sí, fue muy fácil renovar la licencia".
Días de reflexión, la frase resonando en la
mente. La necesidad de escribir, de plasmar la experiencia, de compartir la
danza de los setenta, la renovación del carnet, un rito de paso en la edad
madura.
1 comentario:
verdad de la vida
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