jueves, octubre 23, 2025

HIPERTENSIÓN ARTERIAL CONSENSO ARGENTINO 2025

 






El Consenso Argentino de Hipertensión Arterial 2025 representa una actualización conjunta de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), la Federación Argentina de Cardiología (FAC) y la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA). Reúne las evidencias más recientes sobre diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la hipertensión arterial (HTA) en Argentina, con el propósito de unificar criterios clínicos y mejorar la prevención cardiovascular en la población.


1. Contexto y objetivos

  • La HTA sigue siendo el principal factor de riesgo cardiovascular y de muerte prematura en el mundo. En Argentina afecta a aproximadamente el 35% de la población adulta, con alto subdiagnóstico y mal control (RENATA y ENFR).
  • El consenso busca:
    • Estandarizar el diagnóstico y manejo de la HTA.
    • Promover la detección precoz y el control sostenido.
    • Favorecer un abordaje integral y personalizado, considerando comorbilidades y riesgo cardiovascular global (RCV).

2. Diagnóstico

  • Se mantiene el umbral diagnóstico de HTA en ≥140/90 mmHg, confirmado por mediciones repetidas y/o métodos complementarios:
    • Monitoreo ambulatorio de 24 horas (MAPA).
    • Monitoreo domiciliario (MDPA).
  • Se distinguen fenotipos tensionales: hipertensión sostenida, de guardapolvo blanco, enmascarada, sistólica aislada (jóvenes y mayores), ortostática y supina.
  • Se recomienda un enfoque sistemático: anamnesis, examen físico, estudios básicos y evaluación del daño de órgano blanco (DOB).
  • Se enfatiza la telemedicina y la educación en medición estandarizada de la presión arterial.

3. Estratificación del riesgo cardiovascular

  • El diagnóstico debe acompañarse de una evaluación del RCV global, considerando:
    • Factores clásicos (edad, sexo, tabaquismo, diabetes, dislipemia, obesidad).
    • Lesiones subclínicas de órgano blanco.
    • Comorbilidades y causas secundarias de HTA (aldosteronismo primario, apnea del sueño, enfermedad renal, feocromocitoma, causas genéticas o endocrinas).

4. Objetivos terapéuticos

  • Objetivo general: <140/90 mmHg en todos los pacientes ≥16 años.
  • Objetivo óptimo: <130/80 mmHg si es bien tolerado.
  • Evitar valores <120/70 mmHg (riesgo de hipoperfusión coronaria, sobre todo en mayores).
  • Se recomienda alcanzar los objetivos en los primeros 3 meses de tratamiento.
  • En adultos mayores:
    • 65–79 años: <140/90 mmHg (ideal 130/80).
    • ≥80 años: 140–150 mmHg, pudiendo bajar a 130–139 mmHg si bien tolerado.

5. Tratamiento

a) Medidas no farmacológicas (piedra angular)

  1. Reducción de peso: cada kilo perdido reduce ≈1 mmHg.
  2. Disminución del sodio y adopción de la dieta DASH (rica en potasio, frutas y verduras).
  3. Ejercicio físico regular: aeróbico, de fuerza dinámica o isométrico.
  4. Moderación del alcohol, cesación tabáquica, manejo del estrés y control ambiental (ruido, contaminación).
  5. Incorporación de probióticos y estrategias para mejorar el sueño y la salud mental.

b) Tratamiento farmacológico

  • Iniciar según el nivel de PA, RCV y daño de órgano blanco.
  • Primera línea: IECA, ARA II, calcioantagonistas y diuréticos tiazídicos.
  • Combinación inicial de fármacos recomendada en la mayoría de los pacientes.
  • Evaluar tolerancia, comorbilidades y edad.
  • En hipertensión resistente, considerar un cuarto fármaco o terapias avanzadas (denervación renal).

6. Poblaciones y situaciones especiales

  • Mujer:
    • Edad fértil: evitar fármacos del sistema renina-angiotensina si hay posibilidad de embarazo.
    • Embarazo y lactancia: preferir metildopa, labetalol o nifedipina.
    • Menopausia: ajustar objetivos y control del riesgo metabólico.
  • Niños y adolescentes: diagnóstico ajustado por percentilos de edad/talla.
  • Adultos mayores y frágiles: control individualizado; evaluar fragilidad antes de iniciar fármacos.
  • Enfermedades asociadas: enfermedad renal, diabetes, obesidad, IC, fibrilación auricular, enfermedad coronaria y cerebrovascular.

7. Principios clave del consenso

  • Tiempo en rango terapéutico: mantener la presión dentro del objetivo la mayor parte del tiempo reduce el riesgo cardiovascular.
  • Personalización del tratamiento según edad, fragilidad, comorbilidades y tolerancia.
  • Abordaje multidisciplinario y enfoque en la educación del paciente para mejorar la adherencia.
  • Evitar la sobrecorrección de la presión arterial y la polifarmacia innecesaria.

Conclusión

El Consenso SAC 2025 reafirma que el control de la hipertensión arterial requiere una estrategia integral, preventiva y sostenida, centrada en el paciente. Propone un equilibrio entre rigor científico y flexibilidad clínica, incorporando nuevas evidencias para optimizar resultados y reducir la carga de enfermedad cardiovascular en Argentina.


 


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