¿Nacen distintos? El perfil
psicológico del emprendedor y la aversión a la pérdida
En economía
conductual existe una regla casi universal:
las pérdidas duelen más que las ganancias equivalentes.
Kahneman y Tversky demostraron que una pérdida tiene un impacto emocional entre
1,5 y 2,5 veces mayor que el placer de una ganancia similar.
Ese mecanismo —profundamente evolutivo— está diseñado para mantenernos vivos,
no para hacernos audaces.
Sin embargo,
hay un grupo de personas que parece funcionar distinto: los emprendedores.
Su comportamiento desafía ese diseño mental que heredamos de miles de
generaciones que sobrevivieron evitando riesgos.
La pregunta
entonces es inevitable:
¿tienen los emprendedores una psicología diferente? ¿Son menos temerosos a
las pérdidas?
La respuesta es
fascinante.
Y es que sí… pero no por las razones que solemos imaginar.
1. No es que no sientan el miedo: lo reinterpretan
El emprendedor
no es un temerario insensible.
Siente el miedo igual que todos, incluso podría sentirlo más intensamente.
La diferencia está en cómo procesa cognitivamente ese miedo.
Mientras la
mayoría interpreta un error como una pérdida personal, el emprendedor lo
interpreta como:
- información,
- experiencia,
- retroalimentación,
- un paso
dentro del proceso.
En palabras
simples:
el fracaso no toca su autoestima.
Eso lo hace
emocionalmente más resiliente y cognitivamente más flexible frente a la
incertidumbre.
2. Un punto de referencia distinto: la clave de la Teoría
de la Perspectiva
Según Kahneman,
toda decisión depende del punto de referencia:
lo que consideramos “ganar” o “perder” depende desde dónde miramos.
Aquí aparece la
mayor diferencia psicológica del emprendedor:
- Para el común de la gente:
“No intentar” =
mantener el status quo (un alivio).
- Para el emprendedor:
“No intentar” =
una pérdida real.
Mientras la
mayoría teme perder lo que tiene, el emprendedor teme no avanzar hacia lo
que imagina.
Su “punto de referencia” está puesto en el futuro, no en el presente.
Así, la
ecuación emocional cambia por completo:
lo que para otros es “arriesgar”, para él es simplemente “caminar”.
3. Rasgos psicológicos que amortiguan la aversión a la
pérdida
Los estudios
coinciden en una constelación de rasgos que hacen que el emprendedor funcione
de manera atípica frente a pérdidas y fracasos:
Ve
probabilidades de éxito más altas que las reales.
Esto reduce subjetivamente la “pérdida esperada”.
B) Sobreconfianza en sus capacidades
Cree que puede
aprender lo que haga falta.
Este sesgo, lejos de ser un defecto, es motor de acción.
C) Alta tolerancia a la incertidumbre
Vive la
incertidumbre como un campo natural, no como amenaza.
D) Automotivación y deseo de logro
Los desafíos no
lo asustan: lo convocan.
Es un perfil motivacional infrecuente.
E) Reinterpretación del error
Lo que otros
viven como fracaso, él lo vive como prototipo.
Lo que otros ven como pérdida, él lo ve como iteración.
Por eso, cuando
falla —y falla muchas veces— no se derrumba: se recalibra.
4. ¿Son un tipo humano diferente?
Desde un punto
de vista biológico, no.
Pero desde un punto de vista psicológico y conductual, sí: constituyen un
fenotipo minoritario.
Son personas que:
- se sienten
cómodas donde otros sienten miedo,
- interpretan
el error como parte del camino,
- usan el
optimismo como amortiguador emocional,
- poseen una
narrativa interna que valoriza el intento por encima del resultado.
En términos de
economía conductual, el emprendedor domestica —sin eliminar— la aversión
a la pérdida.
Es decir, no está libre del miedo, pero no deja que gobierne sus decisiones.
5. La diferencia profunda: la identidad
La mayoría dicen:
“No quiero fracasar.”
El emprendedor
dice:
“No quiero dejar de intentar.”
Y esa
diferencia, que parece pequeña, cambia toda la arquitectura mental de la toma
de decisiones.
En síntesis
Sí: los
emprendedores son distintos.
Pero no porque no sientan temor, sino porque lo reencuadran.
No porque sufran menos las pérdidas, sino porque les asignan otro significado.
No porque las cosas les salgan siempre bien, sino porque no necesitan que
les salgan bien para seguir avanzando.
El emprendedor
es, en última instancia, alguien que encontró una forma de convivir con el
riesgo sin perder la esperanza, con el error sin perder la identidad y con la
incertidumbre sin perder el rumbo.
Y eso, más que
un rasgo económico, es un rasgo profundamente humano.

2 comentarios:
Gracias Por sus valiosos aportes Doc
Nos ayuda a descubrirnos desde el lugar que estemos
Fantastico iluminismo de nuestra realidad conductual en el mundo de los emprendedores.
Creo convencido, que las reglas del nuevo mundo en materia de riesgos de desarrollo, ha alumbrado a un sujeto nuevo: el descripto en el postcad.
Solo basta imaginarnos la seguridad que buscabamos, siendo jovenes en el ayer, "asegurarnos lo alcanzado" sin avanzar bajo riesgos y minizar lo aleatorio . El mundo cambio, y las generaciones tambien...!
Excelente aporte...Felicitaciones
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