martes, noviembre 25, 2025

PERFIL PSICOLÓGICO DEL EMPRENDEDOR

 


PODCAST 

(Literatura digital)

¿Nacen distintos? El perfil psicológico del emprendedor y la aversión a la pérdida

En economía conductual existe una regla casi universal:
las pérdidas duelen más que las ganancias equivalentes.
Kahneman y Tversky demostraron que una pérdida tiene un impacto emocional entre 1,5 y 2,5 veces mayor que el placer de una ganancia similar.
Ese mecanismo —profundamente evolutivo— está diseñado para mantenernos vivos, no para hacernos audaces.

Sin embargo, hay un grupo de personas que parece funcionar distinto: los emprendedores.
Su comportamiento desafía ese diseño mental que heredamos de miles de generaciones que sobrevivieron evitando riesgos.

La pregunta entonces es inevitable:
¿tienen los emprendedores una psicología diferente? ¿Son menos temerosos a las pérdidas?

La respuesta es fascinante.
Y es que sí… pero no por las razones que solemos imaginar.


1. No es que no sientan el miedo: lo reinterpretan

El emprendedor no es un temerario insensible.
Siente el miedo igual que todos, incluso podría sentirlo más intensamente.
La diferencia está en cómo procesa cognitivamente ese miedo.

Mientras la mayoría interpreta un error como una pérdida personal, el emprendedor lo interpreta como:

  • información,
  • experiencia,
  • retroalimentación,
  • un paso dentro del proceso.

En palabras simples:
el fracaso no toca su autoestima.

Eso lo hace emocionalmente más resiliente y cognitivamente más flexible frente a la incertidumbre.


2. Un punto de referencia distinto: la clave de la Teoría de la Perspectiva

Según Kahneman, toda decisión depende del punto de referencia:
lo que consideramos “ganar” o “perder” depende desde dónde miramos.

Aquí aparece la mayor diferencia psicológica del emprendedor:

- Para el común de la gente:

“No intentar” = mantener el status quo (un alivio).

- Para el emprendedor:

“No intentar” = una pérdida real.

Mientras la mayoría teme perder lo que tiene, el emprendedor teme no avanzar hacia lo que imagina.
Su “punto de referencia” está puesto en el futuro, no en el presente.

Así, la ecuación emocional cambia por completo:
lo que para otros es “arriesgar”, para él es simplemente “caminar”.


3. Rasgos psicológicos que amortiguan la aversión a la pérdida

Los estudios coinciden en una constelación de rasgos que hacen que el emprendedor funcione de manera atípica frente a pérdidas y fracasos:

A) Optimismo disposicional

Ve probabilidades de éxito más altas que las reales.
Esto reduce subjetivamente la “pérdida esperada”.

B) Sobreconfianza en sus capacidades

Cree que puede aprender lo que haga falta.
Este sesgo, lejos de ser un defecto, es motor de acción.

C) Alta tolerancia a la incertidumbre

Vive la incertidumbre como un campo natural, no como amenaza.

D) Automotivación y deseo de logro

Los desafíos no lo asustan: lo convocan.
Es un perfil motivacional infrecuente.

E) Reinterpretación del error

Lo que otros viven como fracaso, él lo vive como prototipo.
Lo que otros ven como pérdida, él lo ve como iteración.

Por eso, cuando falla —y falla muchas veces— no se derrumba: se recalibra.


4. ¿Son un tipo humano diferente?

Desde un punto de vista biológico, no.
Pero desde un punto de vista psicológico y conductual, sí: constituyen un fenotipo minoritario.

Son personas que:

  • se sienten cómodas donde otros sienten miedo,
  • interpretan el error como parte del camino,
  • usan el optimismo como amortiguador emocional,
  • poseen una narrativa interna que valoriza el intento por encima del resultado.

En términos de economía conductual, el emprendedor domestica —sin eliminar— la aversión a la pérdida.
Es decir, no está libre del miedo, pero no deja que gobierne sus decisiones.


5. La diferencia profunda: la identidad

La mayoría dicen:
“No quiero fracasar.”

El emprendedor dice:
“No quiero dejar de intentar.”

Y esa diferencia, que parece pequeña, cambia toda la arquitectura mental de la toma de decisiones.


En síntesis

Sí: los emprendedores son distintos.
Pero no porque no sientan temor, sino porque lo reencuadran.
No porque sufran menos las pérdidas, sino porque les asignan otro significado.
No porque las cosas les salgan siempre bien, sino porque no necesitan que les salgan bien para seguir avanzando.

El emprendedor es, en última instancia, alguien que encontró una forma de convivir con el riesgo sin perder la esperanza, con el error sin perder la identidad y con la incertidumbre sin perder el rumbo.

Y eso, más que un rasgo económico, es un rasgo profundamente humano.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Por sus valiosos aportes Doc
Nos ayuda a descubrirnos desde el lugar que estemos

Anónimo dijo...

Fantastico iluminismo de nuestra realidad conductual en el mundo de los emprendedores.
Creo convencido, que las reglas del nuevo mundo en materia de riesgos de desarrollo, ha alumbrado a un sujeto nuevo: el descripto en el postcad.
Solo basta imaginarnos la seguridad que buscabamos, siendo jovenes en el ayer, "asegurarnos lo alcanzado" sin avanzar bajo riesgos y minizar lo aleatorio . El mundo cambio, y las generaciones tambien...!
Excelente aporte...Felicitaciones