martes, abril 08, 2025

MEMORIA, PALIMPSESTO Y WORD: TRES FORMAS DE ESCRITURA Y REESCRITURA

 



(Literatura Digital)

Cuando pensamos en la memoria, solemos imaginarla como un archivo bien organizado donde guardamos nuestras experiencias, listas para ser recuperadas fielmente en cualquier momento. Sin embargo, la ciencia moderna ha demostrado que este modelo es engañoso. Lejos de ser un sistema de almacenamiento pasivo, la memoria humana es activa, plástica y, sobre todo, reconstructiva.

Recordar es reescribir

Imaginemos que nuestra memoria funciona como un documento de Word. Cada vez que abrimos ese archivo (es decir, cuando evocamos un recuerdo), lo estamos editando sin darnos cuenta. Al cerrarlo, el sistema guarda automáticamente la nueva versión, reemplazando a la anterior. Lo que recordamos no es exactamente lo que vivimos, sino la última versión editada de esa experiencia.

Este fenómeno se conoce como reconsolidación. Fue descubierto en experimentos con animales y luego confirmado en humanos. Se ha demostrado que, al evocar un recuerdo, este entra en un estado transitorio de inestabilidad. Durante ese momento, es susceptible de ser modificado, antes de consolidarse nuevamente y quedar fijado en una nueva forma.

Evidencia científica

Uno de los experimentos más influyentes fue realizado por Joseph LeDoux y Karim Nader en el año 2000. Condicionaron a ratas para que sintieran miedo ante un sonido. Al reactivar ese recuerdo y aplicar un fármaco que bloquea la reconsolidación, las ratas perdían la memoria del miedo. En otras palabras, al impedir que el recuerdo se "guardara" de nuevo, desaparecía.

En humanos, Elizabeth Loftus demostró que los recuerdos pueden contaminarse con información falsa. En sus estudios, las personas eran expuestas a hechos y luego recibían datos incorrectos. Al ser interrogadas, incorporaban estos datos como parte de su recuerdo. El cerebro no distingue entre lo vivido y lo sugerido si ambos se presentan durante la reactivación de la memoria.

Un proceso biológico complejo

La reconsolidación implica varias regiones cerebrales:

  • Hipocampo: activa el recuerdo original.
  • Corteza prefrontal: integra nueva información.
  • Amígdala: modula el componente emocional.

Durante este proceso, se reconfiguran conexiones sinápticas, se activan genes específicos y cambian niveles de neurotransmisores. La memoria se "actualiza" en función del presente.

Consecuencias para la vida cotidiana

Este conocimiento tiene implicaciones profundas. Los recuerdos traumáticos pueden ser modificados mediante técnicas terapéuticas que aprovechan la reconsolidación. A su vez, plantea preguntas inquietantes: ¿cuánto de lo que creemos recordar realmente ocurrió? ¿Cuánto es una construcción posterior?

También redefine la identidad personal. Si nuestros recuerdos cambian con cada evocación, nuestra historia de vida es una narrativa en constante transformación, no un registro fijo del pasado.

Conclusión

La memoria no es un cofre que guarda intactos los tesoros del pasado. Es más bien un palimpsesto, una pizarra que se borra y se vuelve a escribir, una historia que reescribimos sin cesar. Como un documento digital, cada vez que lo abrimos, lo modificamos, y al cerrarlo, el sistema guarda automáticamente la nueva versión. Así funciona nuestra memoria: no registra el pasado, sino la última vez que lo recordamos.

 


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